En primer lugar tenemos que tener en cuenta que para el estudio de la Grafología nos tenemos que basar objetivamente en la escritura personal, manuscrita. Por lo tanto, en esta disciplina, el estudio de la escritura es independiente del estudio literario o el análisis gramatical de la misma.
Las primeras escrituras conocidas fueron inventadas por los egipcios y los mesopotámicos duran el milenio IV, es decir, hace aproximadamente cuatro mil años a.c. La escritura de los egipcios se llama jeroglífica y la de los habitantes de Mesopotamia cuneiforme, como veremos más adelante.
Eran sistemas muy completos; pero tan complicados que su interpretación, lograda por los europeos hace poco más de un siglo, costó grandes esfuerzos.
Todavía solemos decir, refiriéndonos a un tema que nos cuesta muchos comprender que es un jeroglífico. Sin embargo, en su origen, esas complicadas escrituras debieron ser muy elementales.
Al principio, los signos fueron sólo dibujos de objetos, y su finalidad era referirse a esos objetos o expresar una idea fácilmente sugerida por su contemplación. Así, por ejemplo, el dibujo del disco solar podía significar el sol, pero también la idea de día. Dos flechas con sus puntas opuestas podían sugerir la idea de guerra.